(Primera Parte)
Por Francisco Pérez Bernués ( fperezber@nexo.es )
Pesca de la trucha a la ninfa, al agua.
Esta modalidad de pesca es poco conocida, aunque ya hay bastantes pescadores muy interesados en aprender esta técnica.
A mí esto de escribir se me da muy mal, pero pienso que todos debemos colaborar y aquí me tenéis, intentando explicar cómo pesco a la ninfa y, por supuesto, algunas cosas más sobre esta modalidad de pesca.
No voy a pretender, ni mucho menos, enseñar a pescar a la ninfa con unos artículos. Sé que esto solamente se consigue pescando durante mucho tiempo. Sin embargo, me daría por satisfecho si consiguiera que algunos , ya interesados por la pesca a la ninfa, se iniciaran en su práctica.
La pesca a la ninfa ha tenido siempre un halo misterioso. La realidad como en tantos casos, no es tan excepcional como la fantasía. Sin pretender desmitificarla, deseo únicamente separar la realidad de dicha fantasía, dejando las cosas en su lugar. Esta leyenda, respecto a la pesca con ninfa, que existe entre los pescadores, creo que se debe al hecho de acostumbrarnos a idealizar aquello que no comprendemos bien o que ignoramos, ya que con frecuencia, no somos capaces de reconocer nuestras limitaciones, así como nuestra falta de conocimientos y técnica. Nos es más cómodo dar una visión exagerada de la realidad, con objeto de difuminar nuestra impotencia.
Hasta hace pocos años, los ríos han estado muy bien surtidos de truchas. Bastaba, en nuestro caso, cualquier imitación de mosca (algunos, verdaderos engendros) para volver a casa con una cesta muy lucida. Por desgracia, las circunstancias han cambiado, los recorridos de ríos con cierta cantidad de truchas son menores y ello debido a dos razones principales: primero, la presión pesquera, como consecuencia de la "civilización" del automóvil; segunda, y fundamental, la contaminación, como consecuencia triste de la falta de civilización que ha diezmando nuestros ríos. Sin embargo yo soy optimista; creo que estamos tocando fondo y que al igual que en otros países: la contaminación irá disminuyendo (si ayudamos) y nuestros ríos volverán a sus buenos tiempos.
Por todas las razones apuntadas, nuestras truchas están cada año más educadas y cada vez es más necesario intentar dominar todas las técnicas de pesca con mosca: seca, ahogada y ninfa.
Es por ello, estimo que el único medio idóneo de atrapar a las truchas que están comiendo ninfas es, utilizar la ninfa artificial como arte de pesca, porque no hay nada más lógico que utilizar en cada momento la técnica que reclame las circunstancias, esto es: el río y sus truchas.
Cuando a una trucha que está comiendo se la "martillea" una y otra vez con artificiales no adecuados, no logramos más que molestarla y finalmente, ahuyentarla. No es extraño que entre algunos grupos extranjeros, dichas prácticas estén muy mal vistas, e incluso prohibidas. Pienso como ellos, que no es elegante hacer esto y creo, como he comentado antes, que a cada pez se le debe dar el tratamiento que exigen las circunstancias.
Pesca a la Ninfa. Casos prácticos.
¿Cuándo debemos pescar a la ninfa?. Si decidimos qué se debe hacer cuando la trucha está comiendo ninfas, y habida cuenta que en su estómago casi siempre las hay, podríamos llegar a la conclusión de que siempre se debe pescar a la ninfa. Sin embargo, esta afirmación no me parecería exacta puesto que hay momentos, no muchos, en que la trucha se alimenta de insectos adultos. Habremos leído que la alimentación básica de nuestro pez lo constituyen larvas y ninfas, que según algunos reputados autores alcanza un 90%, nivel que yo situaría entre un 80 a 85%. Estos porcentajes serían muy aproximados entre los ejemplares medianos y pequeños e inferior entre las grandes truchas, quienes incluyen en su dieta buen número de presas vivas de tamaño apreciable. No obstante, todas las truchas, sean del tamaño que sean, comen ninfas asiduamente. Puedo hacer dicha afirmación, puesto que durante largos años me he tomado la molestia de examinar el contenido del estómago de innumerables truchas capturadas. En mi chaleco de pesca, siempre hay un sitio para una cuchara especial que me permite extraer el contenido del estómago de mi presa, sin dañar a la misma.
La trucha come ninfas en tres estados: en el fondo (larvas o ninfas), a medias aguas (emergentes) y por último, cuando dichas ninfas se están transformando en subimagos, debajo de la película del agua y esto (algunos se extrañaran) ¡en plena eclosión!. Cuanto mayor es la eclosión, mayor es la proporción de ninfas y emergentes consumidas. Esta afirmación, que puede causar sorpresa a aquellos que comienzan pescando a mosca seca, es rigurosamente cierta. Lo que entra por los ojos causa más impacto y, por ello, muchos de vosotros pensareis que la trucha consume más insectos alados que ninfas, apoyando vuestra creencia en que "veis la tomada a una mosca seca". Desconfiad: muchas de las "tomadas", son para consumir ninfas emergentes.
La Trucha está a fondo o entre dos aguas.
Vemos como esta trucha se desplaza y entreabre sus mandíbulas enseñándonos el blanco de su boca. Por supuesto que dichos desplazamientos no los efectúa para mantener la línea, como las mujeres: la trucha se está alimentando de ninfas. Es un momento idóneo para que un principiante ponga una imitación de ninfa en el bajo de línea. Si, en este caso la trucha no se encuentra a mucha profundidad, la pesca no es difícil. La táctica es como sigue: el lance debe hacerse lo suficientemente arriba de la posición de la trucha; de este modo, la ninfa irá hundiéndose progresivamente y cuando llegue a la posición de nuestro pez, estará a la profundidad conveniente. Si nuestra imitación es buena, la trucha se desplazará hacia nuestra ninfa.
Podremos observar cómo la trucha se acerca cautelosamente hacia la ninfa (sobre todo, si entre la superficie y la trucha hay una profundidad entre 0.5 y 1.5 m y las aguas discurren suavemente), yendo más lenta cuando le faltan pocos centímetros para tomarla. Esta lentitud es una señal cierta para clavar. Y, con respecto a este extremo, debo deplorar los equívocos creados por bastantes falsos pescadores de ninfa, quienes han capturado muy pocas truchas con esta técnica, respecto a los consejos en que, dicen y exigen, la total necesidad de tener una gran vista, de que hay que ver en todo momento la ninfa...., ¡Efectivamente, una buena vista ayuda!. Pero mucho más que una vista de "lince", ayuda la costumbre y la observación, puesto que ver una ninfa es francamente difícil. Volveremos, aparte de lo dicho anteriormente: ¡se leen tantas inexactitudes, escritas por quienes no saben, creado excesivas fantasías acerca de la ninfa!.
Trucha comiendo Ninfas cerca de la superficie.
Otro de los momentos en que podemos percibir que la trucha está comiendo ninfas, sin que nosotros veamos el pez, debido a un mal ángulo de visión, es aquel en donde pueden apreciarse alteraciones en la superficie del agua, alteraciones en las cuales, dicha superficie del agua no llega a ser rota. La trucha, evidentemente, está alimentándose de ninfas, cerca de la superficie del agua. Es un caso muy típico cuando hay plantas acuáticas muy cercanas a dicha superficie. La trucha se está alimentando de las ninfas que salen de dichas plantas y son sus desplazamientos los que producen las ondulaciones mencionadas. No consideramos muy difícil capturar truchas en estas circunstancias: la táctica consiste en lanzar nuestra artificial (una ninfa sin lastrar o poco lastrada) un poco más arriba de las alteraciones producidas por la trucha. Diremos que las ondulaciones suelen ser muy rápidas, habida cuenta que la trucha no desea se le escape una ninfa que, por estar a punto de emerger, puede alcanzar la superficie de inmediato. Por estas circunstancias, la trucha come con avidez y "corre" (rise) a capturarlas cuando cree que se le está escapando la comida, no es difícil. Eso sí: cuando veamos que la ondulación que delata a la trucha se dirige hacia nuestra imitación !tirar rápidamente!, puesto que la trucha, exactamente igual que se desplaza con rapidez, rehusará rápidamente nuestra ninfa. En estos casos, la trucha expulsa la ninfa con mucha más vehemencia que en el caso anterior.
Trucha merodeando cerca de la superficie.
Un caso clásico en el que se puede capturar algún buen ejemplar, es el que describimos a continuación. Si acostumbramos, como sería deseable, a ir observando el río, al desplazarnos de un sitio a otro, veremos alguna trucha merodear lentamente, dando vueltas de un lado para otro. Suelen hacer esto no lejos de la orilla y cerca de la superficie y en las aguas lentas de las presas o pozos. Es claro que está buscando comida. Si a estas truchas las podemos capturar con una imitación de mosca seca, nos será más fácil tentarla con una ninfa. Haremos lo siguiente: procurando que no nos vea (cosa, por desgracia, bastante difícil) nos acercaremos con cuidado, tratando de protegernos detrás de alguna mata o agachándonos. Como podéis apreciar, estamos pescando desde la orilla. Aprovechando el momento en que la trucha mira hacia otro lado, lanzaremos nuestra imitación ligeramente adelantada y ladeada, a fin de que nuestro bajo de línea no la espante. Es más que probable que la trucha se desplace hacia nuestra ninfa, como estamos en un plano más alto, veremos cómo la trucha toma nuestra imitación sin excesiva prisa, así pues, no debemos precipitarnos pues tendremos tiempo para clavar.
Falsas tomadas sobre la Mosca Seca.
Voy a tratar de relatar un caso muy típico: aquél en que observamos una gran cantidad de subimagos sobre las corrientes, o en las cabeceras de las tablas, ya cerca de las corrientes, mientras las truchas hacen aros y aros, uno tras otro. A primera vista, creeremos que las truchas están dándose un buen banquete de subimagos, sobre la superficie y, sin embargo, en muchos casos no es así; por el contrario: la trucha está comiendo ninfas y emergentes. Este es un caso muy corriente y se da cuando en el agua hay una eclosión de determinadas especies de efémeras que la trucha prefiere comerlas en estado de ninfa o de emergente. Es el caso clásico entre los pescadores, enloquecidos, cambiando y cambiando sus imitaciones de mosca seca, mientras la trucha desprecia dichas imitaciones, una tras otra (dicho sea de paso, alguna tomada suelta sobre determinada artificial en seca, no sirve más que para desconcertar al pescador y no darse cuenta de que la trucha está consumiendo ninfas). El pescador, desesperado, estima que la trucha está capturando la única mosca seca que él no lleva en la caja. Recapacitemos y pensemos que si es cierto que es bueno pescar con ilusión, puesto que esa ilusión es la mantenedora de nuestra afición, mejor es pescar empleando la cabeza y dejar los nervios quienes son los que hacen nos obcequemos más fácilmente. Si estamos pescando con seca, con una buena imitación de la natural que está eclosionando y, además estamos capturando truchas con regularidad para que, al poco tiempo, nos ocurra que con una eclosión mucho más numerosa, no capturemos nada, salvo alguna trucha aislada, debemos pensar que nos encontramos en el caso explicado, líneas más arriba. Podemos observar, además, la trayectoria de los insectos adultos: si en dicha trayectoria, las truchas, en sus aros, los toman o no los toman; en este último caso es cuando debemos sustituir nuestra imitación de seca por una ninfa del mismo insecto. ¿Cómo pescar en estos casos?. Primeramente, hay que matizar que raramente veremos las truchas, al ser sitios con bastante agua, en corrientes o en corrientes entrando a tablas o pozos. Una vez dicho esto, aconsejamos lanzar nuestra imitación de ninfa uno o dos metros por encima de cada aro, o tomada, y pescando desde cerca. Tendremos que estar muy atentos a observar varios casos: aros al final de nuestro bajo de línea; una corta parada de la línea; un desplazamiento lateral de la línea o un pequeño clarear o entrever a la trucha tomando nuestra ninfa. En todos estos casos, un clavado rápido es imprescindible.
Hasta aquí hemos hablado de los casos en que o hemos visto la trucha o la hemos intuido, bien por las alteraciones del agua, bien por sus tomadas o aros.
Hablaremos enseguida de otros casos, que son:
PESCA DE LA TRUCHA A LA NINFA, AL AGUA.
Examinaremos los dos casos más típicos.
Para este tipo de pesca, como en general para aquellos casos en que la trucha no esté muy profunda, es conveniente engrasar (o aplicar un flotalíneas) al sedal y, también, una buena parte del bajo de línea. Desde luego, no engrasaremos la ninfa y es más: tendremos cuidado de no tocarla con nuestros dedos si están engrasados. Diré, de paso, que el sedal a emplear conviene sea fino, un DT4F es buen diámetro; la caña debe ser de acción suave y con suficiente longitud, entre ocho pies y medio y diez pies. En cuanto al bajo de línea, para casi todos los casos de pesca a la ninfa, debe terminar en un diámetro del 15. El engrasar parte del bajo de línea se debe a que flota mejor de este modo y, por otra parte, al tomar la trucha nuestra ninfa, tirará del nylon, éste hará estela sobre el agua y sabremos que se ha efectuado una tomada sobre la ninfa; es ésta la única señal que tendremos. No obstante, no debéis preocuparos pues, en general, se ve muy claro. En seguida os acostumbrareis a captar este tipo de picadas. Son desplazamientos del bajo de línea sobre la superficie del agua, y al estar pescando en tablas, lo apreciareis con claridad aunque pesquéis largo. Basta un suave y largo "cachete"; difícil será que no clavemos a la trucha pues en estas circunstancias la trucha, si toma la ninfa, lo hace muy francamente. Sitios típicos para pescar las tablas a la ninfa, cuando no vemos la trucha, son: los bordes de las matas de las plantas acuáticas sumergidas; junto a las plantas que emergen del agua y puestos en que existe una vegetación en la orilla, cayendo las ramas sobre el agua y con cierta profundidad.
En esta pesca de ninfa en las tablas, los lances pueden ser razonablemente largos puesto que las tomadas, como ya hemos comentado, se aprecian bien. Se clavará bien ¡a condición de que las distancias no sean excesivamente largas, pues rasparemos muchas truchas pero clavaremos pocas! Pero, claro, esto nos ocurre también pescando a mosca seca.
Hablaremos ahora de la pesca "al agua" con ninfa en corrientes de poca profundidad, con piedras que emergen del agua en algunos sitios y con pequeños rompientes. Son puestos típicos de ríos de montaña y media montaña, aunque se dan asimismo este tipo de corrientes en los cursos bajos de los ríos, bien cuando dicho río de bifurca en brazos o en alguna que otra corriente. Partiendo de la base que la ninfa se pesca como la seca: es decir, aguas arriba (de lado en algunas ocasiones), en este tipo de corrientes es imprescindible pescar "aguas arriba" y lanzando muy corto (entre cinco y ocho metros la mayoría de la veces). Iremos levantando la caña y tirando un poco del sedal, y digo un poco porque la mayoría de las veces, con levantar la caña será suficiente.
La ninfa deberá navegar por el agua, a la misma velocidad de la corriente o ligeramente superior. Cuando, en algún punto, la corriente sea muy lenta estiraremos un poco el sedal o levantaremos la caña a fin de conseguir que la ninfa derive naturalmente y no se aproxime dando tumbos, sin la apariencia debida. Una vez finalizado el recorrido de la ninfa, se la levanta, se avanza unos pasos y se la vuelve a lanzar de nuevo a otra pequeña corriente o al borde de otra si la corriente principal tiene cierta fuerza, etc. De este modo, poco a poco, se van pescando estos tramos que he descrito. Las picadas en dichos sitios se suelen ver; generalmente, veremos a la trucha tomar la ninfa lentamente, a pesar de estar pescando en corrientes ¡suele ser muy emocionante ver una buena trucha tomar nuestra ninfa, casi a nuestros pies! Tengamos en cuenta, sin embargo, que estamos hablando de pequeñas corrientes, derivaciones de un tramo de río; por ello, es por lo que veremos bien la tomada. El clavar no tiene problemas. este tipo de pesca lo emplearemos, generalmente, de mayo en adelante.
No debo terminar este articulo sin decir que quien quiera doctorarse en pesca, no tiene más remedio, actualmente, que aprender a pescar a la ninfa; en caso contrario, no pasará de ser un licenciado. Esta culminación de la carrera de pescador no es tan difícil como algunos manifiestan: presenta, evidentemente sus problemas, pero dichos problemas no son irresolubles: con algo de paciencia y mucha práctica, se puede aprender con prontitud. Merece la pena puesto que es la modalidad de pesca más productiva, además de ser una pesca muy fina.
Creo que esta primera parte se ha alargado en demasía; por ello, en otro artículo hablaremos de ninfas y sus imitaciones, tema que creo interesará profundamente a quienes me hayan seguido hasta aquí. Lo que sí os adelanto es que nuestras imitaciones han de ser muy buenas, pues como ya sabéis, las truchas son muy educadas y ven mejor dentro del agua que fuera.