Alternativas en la Pesca con Mosca

Por Pablo Pessacq

     Pensar en pasarme más de un mes sin hacer nadar mi mosca en busca de un pez me parece casi una tortura; ni hablar si tuviera que esperar hasta la próxima temporada, y creo que esto mismo le pasa a muchos otros pescadores. Por eso el motivo de esta nota, para tratar de brindarles a los lectores un poco de información que los entusiasme a practicar pescas no tradicionales durante prácticamente todo el año, muchas veces cerca de sus casas, y en algunos casos con costo casi nulo, lo que en estos días me parece todo un logro.

     Los datos que les voy a dar son resultado de la experiencia de miembros de nuestra asociación, y también personales, y tal vez los puedan considerar un tanto incompletos, ya que en muchos casos falta experimentar bastante, pero mas allá de la información puntual, el objetivo de esta nota es hacerles ver que con ganas de pescar, las posibilidades son muchas: en ustedes está el aprovecharlas y encontrar otras nuevas.

El Río de la Plata

     Empiezo con el Río de la Plata porque es el lugar donde aprendí a pescar y que tanta diversión me ha dado, y que a mi parecer injustamente, no es tomado en cuenta por los mosqueros. En él, por ejemplo, se puede capturar la lacha, un pez poco conocido pero muy abundante, y que toma las moscas con mucha voracidad. Es similar a un mojarrón pero con boca protractil y de mayor porte, llegando a pesar hasta dos kilos en el Paraná, aunque en el río pocas veces sobrepasa los 30 cm.. Los lugares donde los hemos capturado son los clubes de pesca, y los equipos a utilizar pueden estar compuestos por líneas de flote y cañas 2 a 5; en cuanto a las moscas, prefieren aquellas construidas con materiales mas bien duros como el pelo de ciervo, antes que las hechas con materiales blandos como el marabou o rabit. Algunos modelos que dieron resultado fueron las blondes y los deceivers (o cualquier streamer de pelo) en color blanco o amarillo, en tamaños del 12 al 6. Estos peces se mueven cerca de los muelles por lo que les recomiendo tiros cortos y paralelos a los mismos. Conviene tener contacto visual con la mosca, ya que la toman y sueltan con gran velocidad, por lo que hay que estar bien atento para clavar correctamente. La época en que se las puede pescar, está entre los meses de marzo y julio aproximadamente.

     Otra pesca interesante es la de los chafalotes, que aunque no alcanzan grandes portes, su pelea puede ser muy divertida, siempre y cuando usemos equipos livianos. Además de los clubes de pesca, se los puede capturar, para aquellos a los que les guste vadear, en la desembocadura de los numerosos arroyos que dan al río, como por ejemplo el arroyo El Pescado, al cual se puede llegar caminando unos 500 mts. hacia la izquierda por la playa municipal de Berisso, cuando el río bajo lo permite. Se los puede tentar con streamers, aunque también se han logrado capturas con moscas como las wooly worms amarillas o ninfas similares a las zug bugs.

     Pasando a otra cosa, si bien la captura de dorados con mosca no es una novedad, si creo que lo es su captura en el Río de la Plata. El lugar por excelencia para esta pesca es la isla Paulino, concretamente en "las piedras", un larguísimo muelle derruido en el cual se forman numerosas correderas donde acecha el tigre de los ríos. A este lugar se puede llegar caminando, pero esto no se los recomiendo en lo absoluto, ya que la zona es muy peligrosa, y además la altura del río pocas veces nos deja llegar a los lugares de pesca. Por otra parte se puede contar con la ayuda de los guías de la zona, quienes por precios económicos (25 a 30 $ por persona) nos llevarán sin ningún peligro en una embarcación hasta las correderas más inaccesibles del muelle.

     Los portes más usuales van de 1 a 6 kg., y los equipos que se pueden utilizar son cañas 6 al 8, dependiendo del gusto personal y tamaño de las moscas; las líneas pueden ser de hundimiento intermedio o flote, acorde a como estén comiendo los dorados. Tengo que aclararles que los hemos visto tomar las moscas en superficie asomando casi todo el cuerpo fuera del agua, algo que le puede hacer temblar el pulso a cualquiera. Después de probar muchas moscas, la única que dio resultado fue un streamer con 3 pares de plumas de saddle negro y cristal flash como cola, una garganta roja y una gran cabeza muddler también negra, con ojitos. Ojo, ésta no es una pesca fácil ya que no siempre los dorados están presentes, pero si tienen paciencia y luego de hacer algún "sapo" van a tener recompensas.

     Anecdóticamente les puedo contar que pescando de noche en la escollera de Magdalena, donde los pejerreyes se acercan a la superficie atraidos por la luz, en una oportunidad, y después de mucho trabajo, capturamos algunas "flechas de plata" usando streamers con alas y cola de marabou chartreuse y carrots en anzuelo 16 y 12, trabajándolas lentamente a flor de agua.

Lagunas bonaerenses

     Dejando de lado las tarariras, los dientudos y mojarras son ideales para aquellos que recién empiezan en la pesca con mosca, ya que toman secas, ninfas y pequeños streamers con mucha voracidad y permanecen activos todo el año; otra especie menor, aunque un tanto mas difícil de pescar y sumamente divertida es la chanchita. Para su pesca, en mi opinión es preferible primero ubicar al pez visualmente (son imprescindibles los lentes polarizados) y luego realizar los lanzamientos, que pueden ser con madam x, yellow jackets, u otras secas, pequeños popers o ninfas, todas en tamaños 10,12 o mas chicas; usen leaders largos, tippets finos (4x a 6x) y equipos en lo posible livianos (4 para abajo).

     Ahora pasemos al rey de las lagunas: el pejerrey. Cuando esta acardumado como en Guaminí, Chasicó, etc., su pesca es segura y toman sin problema casi cualquier mosca, pero cuando no se presenta en abundancia, pescarlos puede ser un tanto difícil. Lo ideal tal vez sea capturarlo de marzo a mayo, cuando se mueve cerca de la superficie, ya que al avanzar la temporada y caer la temperatura los pejerreyes tienden a moverse a mayor profundidad, y se hace más difícil ubicarlos, amén de disminuir su actividad cuando hace demasiado frío.

     En cuanto a las moscas, podemos recurrir a la curiosidad o irritabilidad y probar con moscas de colores vivos. En mi caso utilizo una mosca que bautizamos como "la gran Santiago", consta de cola y ala de marabou chartreuse, un poco de flashabou y cuerpo de pavo real. Por otra parte podemos imitar los alimentos naturales de este pez, debiendo aclarar que se alimenta principalmente de plancton, pero al disminuir su cantidad en invierno, el peje busca alimentos alternativos, como panzudos, mojarras, camarones, etc.. Todos los cuales pueden ser imitados con moscas como los epoxy minnows, wolly bugers, jersey gerds, zonkers, scuds, etc.. También rinden ninfas como las hare's ears, prince y otras. Se puede probar con lineas de flote y regular la profundidad con lastre en el leader, o bien usar un sinking tip o lineas de hundimiento cuando hay que pescarlos más abajo. En algunos casos puede dar resultado recoger la mosca muy lentamente, mientras que en otros es exactamente lo contrario. Lo importante es cambiar la velocidad de recuperación hasta dar con la mas adecuada.

Pesca en el mar

     En mi opinión, esta es la pesca que más debería crecer en los próximos años, porque las posibilidades son muchas y porque la pesca de las distintas especies se puede practicar durante casi todo el año. Según datos de gente que conoce muy bien el mar, el calendario de especies en Mar del Plata podría ser el siguiente: octubre a diciembre caballa; diciembre a mayo anchoa de banco, palometa y pejerrey escardón; junio a agosto pejerrey corno, y mientras dure el calor, aunque un poco mas difíciles de encontrar el bonito y el pez limón, este último el peso pesado del mar. Si podemos llegar a la profundidad donde se mueven los meros y besugos, también es posible su pesca con mosca.

     En mayo de este año realizamos dos salidas embarcados en Mar del Plata, y el dicho de que para muestra basta un botón nunca fue tan cierto, y aunque estábamos al filo de la temporada nos llevamos una gran sorpresa.

     Durante el día los cardúmenes suelen moverse en profundidad, por lo que es difícil localizarlos, pero unas 3 o 4 horas antes de que se ponga el sol los peces carniceros suben, y se los puede localizar gracias a las gaviotas que comen los restos de la matanza. En este momento es cuando la pesca puede ser algo inolvidable. En nuestra primer salida, que compartimos con mi inseparable compañero de pesca "el colo", hasta las tres de la tarde habíamos pescado solo unos pejerreyes, pero después de esta hora aparecieron las gaviotas y hacia ellas nos dirigimos (en la zona de la segunda restinga), y en el primer tiro ya clavábamos una anchoa de casi dos kilos. Lo que siguió fue una fiesta, los piques se daban casi tiro a tiro con palometas, anchoas y pejerreyes que tomaban las moscas con mucha voracidad.

El "Colo" Glasman y su debut en la pesca con mosca en mardel.

     Empezamos a pescar con equipos 7 y 8 para cubrirnos un poco, ya que no sabíamos con que nos íbamos a encontrar, pero después cambiamos a cañas 5 y la diversión se multiplicó. Sin embargo el equipo mas recomendable podría ser un 6 o 7, ya que las anchoas pueden pesar hasta 4 kilos, y pescar un pez de ese tamaño con un equipo muy liviano, en mi opinión deja de ser entretenido y hasta deportivo. En cuanto a las líneas, pensamos que iban a ser necesarias aquellas de hundimiento extra rápido. Sin embargo, en el momento de mayor actividad podríamos haber usado perfectamente líneas de flote, ya que veíamos los borbollones de los peces comiendo en superficie. De cualquier manera, un dato a tener en cuenta es que las anchoas se mueven, por lo general por debajo de las palometas, a unos tres o cuatros metros de profundidad, por lo que son recomendables los shootings o líneas de hundimiento rápido. Otro detalle a tener en cuenta es que los pique no se producían lejos de la embarcación, por lo que no hacían falta tiros muy largos.

     Las moscas que usamos fueron las clásicas para agua salada, deceivers, sar-mul-mac y blondes (en colores blanco con lomos oscuros o azules y atadas en anzuelos n° 2). Las anchoas parecieron tener preferencia por aquellas con lomo azul fuerte, mientras que las palometas tomaban todas por igual. Hay que usar cable de acero de unas 20 lbs., ya que las anchoas tienen dientes muy afilados que además del leader destrozan las moscas, por lo que les recomiendo usar modelos muy durables como las surf candys (que no llevamos en nuestra primer salida) o bien optar por moscas fáciles de atar como las blondes, que no da lástima que sean rotas. Consultando algunas revistas americanas encontramos que para el bluefish (nuestra anchoa) ellos usan mucho el color chartreuse y los popers.

     En la segunda salida que compartí con Gonzalo Traverso, a fines de mayo, las anchoas y palometas ya se estaban retirando y el tiempo no nos acompaño, pero así y todo hicimos una pesca excelente de pejerrey escardón. Mientras el mismo no se acardumó teníamos algunos piques, pero la pesca comenzó al "pararse" el agua, momento en el cual los peces se acardumaron debajo de la lancha atraídos por la ceba y podíamos ver 5 0 6 nadando detrás de nuestra mosca y peleándose por tomarla. Hicimos algunas observaciones muy interesantes, como por ejemplo que luego de sentir varios toques sin poder clavar, vimos como un pejerrey mordía la cola de mi blonde sin clavarse, en ese momento cambié por un camarón con una cola muy corta y empecé a pescar.

     Algunas moscas que funcionaron muy bien fueron las blondes blancas y naranjas y los camarones de lite brite perlado. Para aquellos momentos en que los pejes no estén acardumados y el pique se ponga remiso, les recomiendo usar moscas que imiten el alimento natural de los peces en la restinga, que es un pequeño crustáceo de unos 5 mm. de largo, muy delgado y de color rojo o bordó, que fue el único contenido estomacal que encontramos en los pejerreyes al llegar al puerto, se podría imitar con un pequeño San Juan worm.

     Otra especie que se puede capturar en el mar y sin necesidad de embarcarse es el lenguado, el mismo suele ser abundante en todas las desembocaduras de arroyos, albúferas o rías en el mar. Se lo puede tentar con moscas que imiten un pejerrey, como ser los deceivers o tube flies. Son recomendables las líneas de hundimiento y los tiros paralelos al veril. Igualmente, antes de entrar al agua, realizen unos tiros muy cerca de la costa, ya que muchas veces aquí acecha el lenguado.

Agradecimientos: a Gustavo Cárdenes, Fabricio Maschi, Leandro Paraja y Gonzalo Traverso. Por la información que me brindaron y las salidas de pesca compartidas, y especialmente al "colo" por ser mi compañero de pesca incondicional ; a Jorge Blanez y Miguel Fascetti ya que sin ellos no habríamos salido a pescar en el mar.