Fly Fishing, como encararlo.

Por Raúl Recarey.

Del Boletín "Entre Líneas"

(Escuela de Pesca con Mosca Club San Huberto)

          Alguien dijo que "pescar con mosca es honrar al pez", tal vez esta afirmación define plenamente la escencia de este particular tipo de pesca, donde lo que se debería buscar es generar el handicap necesario para que la lucha con el pez sea pareja, incluso más, dándole ventaja. Lucha en la que la lombriz, la mojarra o la escurridiza morena dejan paso a anzuelos cubiertos de pelos, plumas o materiales sintéticos, los que ningún ser en sus cabales sería capaz de confundir con comida. De allí la excelencia del enagaño el que llega a límites superlativos al haber sido construído (cuando menos no inventado) por nosotros.

          Lo dicho, evidentemente, no es nuevo, tal vez sea eso lo que nos ha llevado a acercarnos a esta modalidad, cuyos orígenes se pierden en el tiempo. Lógicamente, a medida que fueron pasando los años, materiales y técnicas se han ido perfeccionando; hasta llegar a nuestros días donde uno puede perderse en una selva de marcas, modelos y materiales, que lo único que tienen en común es su variedad. Estas características son las que favorecen grandemente la competitividad comercial y, consecuentemente, facilitan la inversión de nosotros los adeptos (¿o adictos?) a esta mercaderia.

          Realmente, cuando uno se sienta serenamente a contemplar tanto sea los materiales y características con los cuales se hallan construídas las cañas, el tipo de reeeles a utilizar o, por otro lado, la calidad de los materiales que nos ofrecen para el atado de moscas, se presentan alternativas casi infinitas, las cuales exceden fácilmenten nuestro nivel de comprensión. Intimamente creo que podemos agrupar a los "fly fisherman" en tres categorías diferentes según la forma en que cada uno enfrenta tanto el lanzamiento como el atado de sus moscas.

          En primer lugar nos encontramos con aquellos mosqueros típicos, hasta se podría decir halfordianos, quienes con gesto adusto y británico fruncimiento de su apéndice nasal, miran despectivamente a quienes no son capaces de castear, con un estilizado "bamboo" y que, además, pretenden mancillar la tradición mosquera, pretendiendo pescar y pescando especímenes ajenos a los salmónidos y usando elementos alejados de la rancia tradición inglesa.

          Por otro lado, se encuentran los que pretenden incorporar mecánicamente técnicas y recetas para, dando fiel cumplimiento a ello, llegan a dominar acabadamente las técnicas de lanzamiento, pesca y atado. Normalmente se los ve preocupado por las características del "loop", por la sensación del "butt" de su caña, pero poco se dedican a tomar contacto con la naturaleza que los rodea.

          Por último es dabla ver sujetos (generalmente de corta edad) quienes tanto en el lanzamiento como en el atado se comportan naturalmente, dejando que la cadencia de sus movimientos facilite el casting apropiado o que, su plasticidad le permite atar moscas que pescan y que al mismo tiempo son agradables a la vista.

          Estas tres categorías podemos verlas cotidianamente en los lugares donde ser practica lanzamiento o en las mesas de atado de cualquier institución, también las páginas de medios especializados permiten leer sesudos y a veces interesados artículos de quienes han obtenido la licencia de sabios en este quehacer. Estos escritores generalmente se hallan adscriptos a las dos primeras categorías enunciadas.

          Propongo, por unos instantes, ubicarnos a la vera de un arroyo cualquiera de nuestro país, tanto sea en el sur, como en el centro o en el norte, aquí (si nos dejamos llevar) comienza un raro sortilegio, una comunión con la naturaleza, un acercarse a ese misterioso infinito que es la vida, el ciclo vital de las especies, allí realmente no es necesario el gesto adusto o el racionalismo científico, por el contrario, lo importante es poder sentir lo que nos brinda el lugar, sus sonidos, sus olores, su color. En estas circunstancias nuevamente aparece el ser natural, no es necesaria experiencia previa para disfrutar esto, no es necesario preguntarse sobre las relaciones de los individuos partícipes de este hábitat, solamente basta estar allí, en ese momento e integrarse a ese cosmos, ser parte integrante armónica del mismo, para llegar a comprender su verdadero valor.

          Independientemente, viene a cuento considerar la capacidad y la facilidad que tienen los pequeños para aprender el manejo de las computadoras, para ellos es algo sumamente fácil. En cambio para nosotros, los adultos, se convierte en una especie de tortura, ya que en lugar de aprender naturalmente, pretendemos comprender el funcionamiento, establecer categorías, realizar clasificaciones, etc., etc., en tanto que los niños solamente hacen, dejándose llevar por su intuición.

          Lo afirmado en los últimos párrafos tiene que ver con su convicción que se ha venido fortaleciendo en mí en los últimos tiempos, creo que la forma más fácil para lograr tanto un buen estilo de lanzamiento como así también una buena técnica de atado, es tal vez la más difícil para nosotros los adultos. Implica dejar de lado prejuicios, esquemas, rigideces, ignorar la pretensión de descomponer el proceso global, en distintas partes componentes. Consiste en obrar naturalmente incluso, aunque parezca disparatado, la premisa para encarar rápidamente y con éxito el aprendizaje, es dejar salir ese niño que llevamos guardado, para que él con su naturalidad favorezca la aprehensión de la técnica. Una vez logrado esto, habrá que profundizar y pulir los conocimientos. Aquí no solo los novatos podrán enriquecerse, también los veteranos ya que, si se permiten usar todo su potencial natural, comenzarán a vivir esto del "fly" de una forma totalmente novedosa, la técnica se convetirá en algo totalmente integrado a nuestro ser, como la técnica de manejo, permitiéndonos así tomar contacto con la naturaleza, con el ambiente que nos rodea, disfrutando el entorno, importando las sensaciones que vivimos.

          Esta conducta, nos facilita por sí misma la comunión con el ambiente y con el pez, permitiéndonos comprender el equilibrio existenten entre ambos y, por sobre todas las cosas, entender la importancia de  mantener ese equilibrio. Por lo tanto y en virtud de lo dicho, la devolución se convertirá en algo por sí mismo con pleno sentido.

          De esta forma el  famoso "catch and release" tan promocionado en estos últimos tiempos se convertirá en algo totalmente tangible, de la misma forma en la que el niño deja volar la paloma capturada en la plaza, nosotros permitiremos que ese pez recién capturado pueda volver al agua, así nosotros y básicamente quienes nos sigan en este camino, nuestros descendientes, puedan seguir disfrutando de esta adicción: la pesca, la cual como ya dijimos cuando la realizamos con mosca enaltece al pez y al mismo tiempo nos distingue a nosotros como seres integrados al sistema, nuestra Naturaleza.