Pesca: Instinto y Cultura

Por Bronislao Mech.

     Ruben Martín, un joven y notable pescador, ha tenido la gentileza de leer el artículo "Pesca e instinto", publicado en Acción de Punta No 3. Las diferencias halladas y sus vivencias, lo motivó a responder con opiniones a través de la misma revista y con un trabajo muy elaborado. Se lo agradezco sinceramente.

     Cuando escribimos, los pensamientos quedan expuestos y sujeto al análisis de quien los lee. Si el disenso es desplegado en un texto, permite argumentos y debates que enriquecen el conocimiento de los redactores, como también, y esto es muy importante, a todos los lectores interesados en el asunto.

     Antes de ingresar de lleno a la substancia del título, necesito defender dos errores que considero analíticos. Resulta evidente que el subtítulo con la frase: "La pesca con mosca dignifica al pescador, sólo si éste reconoce el fundamento instintivo de su práctica", repercutió de una forma exagerada respecto a todo el contenido de la nota. Además, se infiere del párrafo mencionado, que los pescadores con artes distintas a la mosca, son indignos. Esto es totalmente falso, ¡Ignoro de dónde proviene semejante interpretación!.

     El artículo surgió con el propósito de su divulgación en una revista especializada de pesca con mosca, sin embargo, la escencia misma del tema, hace que pueda ser leída en publicaciones de otro estilo, sin que la discriminación objetada, aparezca en alguna parte de su contenido.

     Siento también, que la oportunidad es propicia para aclarar lo siguiente: Nunca dije, escribí, pienso o creo, que la pesca con mosca es más digna que otro sistema. Está lejos de mi manera de ser y vivir.

     En cuanto a que dignificar es lo opuesto de indigno, (continuando con la frase anterior), es cierto solo parcialmente, examinando el pasaje, también puede llegar a deducirse un concepto de añadidura. "Más digno", por ejemplo. El adjetivo aludido, tiene toda la intención de insinuar este último significado.

     Recordemos que el documento inicial, refleja la impresión de un pescador inquieto con deseos de transmitir sus sensaciones al resto de los pescadores. Con el presente trabajo, se pretende avanzar un paso más en el conocimiento, con estudios y argumentos reflexivos que puedan despertar el interés del lector.

     ¿Instinto Sí ó No? - Estado De Naturaleza Y Cultura.

     Examinando los artículos, emergen dos posiciones clarísimas, para uno existe el instinto, para el otro no. Veamos las próximas e interesantes deducciones

Definición de Instinto (según el diccionario):

     Tratando de investigar con mayor rigor, encuentro que tengo límites insalvables por su complejidad y los conocimientos adquiridos son demasiado escasos, además, considero que la minuciosidad que caracteriza al mosquero hace inevitable la profundización. El tema es intrincado y como el conocimiento perceptivo puede resultar insuficiente, la asistencia de un profesional idóneo nos ayudaría mucho más.

     Con todas estas hipótesis y enigmas girando por el cerebro, apareció lo que buscaba. Tuve la fortuna de ser auxiliado por la Licenciada en Psicología Sra. Adriana Teresa Schiera, querida amiga y experta en temas humanos. Ella, con gran dedicación, se ofreció desinteresadamente a involucrarse y estas son sus conclusiones.

De Diccionario De Psicoanálisis - Laplanche, Jean y Pontalis, Jean - Ed. Labor

Pulsión: Equivalente psíquico humano de instinto. Freud establece en 1905, una distinción entre dos tipos de excitación a los que se halla sometido el organismo y que debe descargar, según el principio de constancia.

     Junto a las excitaciones externas de las que el sujeto puede huir, o protegerse, existen fuentes internas que aportan constantemente un flujo de excitación al cual el organismo no puede escapar y que constituye el resorte del funcionamiento del aparato psíquico.

     En las teorías de las pulsiones, Freud diferencia las pulsiones sexuales de las pulsiones de autoconservación; por estas últimas, Freud entiende las grandes necesidades o las grandes funciones indispensables para la conservación del individuo, siendo su modelo el hambre y la función de la alimentación.

     "Las pulsiones sexuales deberían situarse del lado del principio del placer y las pulsiones de autoconservación, del lado del principio de realidad (necesidades y objeto de satisfacción claramente definido). Ejemplo: Hambre - objeto comestible.

     En 1929. Freud, une bajo el término PULSIONES DE VIDA las pulsiones sexuales y las de autoconservación (eros). La pulsión, según André Green, es el límite inferior del psiquismo humano que representa, da noticia al individuo de las fuerzas que se mueven en su soma, cuerpo, organismo.

     El ser humano puede representarse lo que siente y por ello es persona, no animal. Hace un trabajo psíquico con sus fuerzas instintivas y lo transforma en pulsión, que buscará la descarga adecuada, producto de una negociación entre lo que desea, (principio de placer) y lo que está permitido (principio de realidad, normativa).

     Este interjuego entre principio de placer y principio de realidad, da como resultado, la entrada del hombre a la cultura y también, el malestar que esta pertenencia le produce. No puede hacer sólo lo que quiere (ley de la selva), sino, casi siempre lo que le está permitido, lo que debe (ética, principios, superestructura humana).

     Principio De Placer Vs. Principio De Realidad

"En un principio las pulsiones buscarían descargarse, satisfacerse por los caminos más cortos (principio de placer). Progresivamente efectuarán el aprendizaje de la realidad, que es el único que permite, a través de los rodeos y aplazamientos necesarios, alcanzar la satisfacción buscada (principio de realidad)".

     Concepto De Sublimación

     Se dice que la pulsión se sublima en la medida en que es derivada hacia un nuevo fin, no sexual y apunta hacia objetos socialmente valorados.

     Freud sugirió también la posibilidad de una sublimación de las pulsiones agresivas.

     Con Respecto A Los Instintos

     Podemos distinguir la fuente, el objeto y el fin de un instinto. Su fuente, es un estado de excitación en el cuerpo y su fin, la eliminación de esa excitación; en el camino que va desde la fuente hasta el fin, el instinto deviene psíquicamente operativo. (Nuevas aportaciones al Psicoanálisis. S. Freud. Lopez Ballesteros. Biblioteca Nueva. Tomo III).

     En el año 1915, Freud definió el instinto como ... "un concepto límite entre lo mental y lo somático, como la representación psíquica de los estímulos que se originan dentro del organismo y llegan hasta la muerte, derivada de su vinculación con el cuerpo". (Los instintos y sus destinos. S. Freud. Lopez Ballesteros. Biblioteca Nueva. Tomo II).

     Melanie Klein

     Toma el concepto de S. Freud de 1920 acerca de la teoría de los instintos pero agrega una sustancial modificación.

     Dice Willy Baranger acerca de la teorización kleiniana: ..."La gente no enferma por amor (o frustración, o condiciones adversas) sino por su propia destructividad, dirigida hacia los objetos o hacia el sujeto mismo...". Cuando Melanie Klein habla de instintos de vida o muerte, se refiere a grandes polaridades o "grandes tendencias" que rigen la vida psíquica.

     C. Levy - Strauss

     Del libro: Las estructuras elementales del parentesco. Capítulo I - Naturaleza y cultura

     ..."El hombre es un ser biológico al par que un individuo social. Entre las respuestas que da a las excitaciones externas e internas, algunas corresponden íntegramente a su naturaleza y otras a su situación".

     ..."Todo lo que es universal en el hombre corresponde al orden de la naturaleza y se caracteriza por la espontaneidad, mientras que todo lo que está sujeto a una norma pertenece a la cultura y presenta los atributos de lo relativo y lo particular".

     Ejemplo e hipótesis fundamental del autor de referencia: El instinto sexual es universal, por lo tanto pertenece a la naturaleza. El hombre ha reglamentado a través de los tiempos el ejercicio de ese instinto a través de la ley fundamental o ley de prohibición del incesto, esto le da acceso al mundo de la cultura.

     Sólo el hombre reglamenta la consumación de sus instintos, pero los instintos son universales. El hombre también los tiene. De lo contrario no podría reglamentarlos.

     Reflexión

     Si un ser distinto a nosotros los humanos, pongamos por ejemplo a un extraterrestre, decidiera tomarnos como consecuencia de alguna estrategia propia, (presupongamos desarrollada e inteligente), hundirnos en el agua, a veces hasta morir y otras sólo hasta que decida no seguir haciéndolo y nos dejara en libertad. ¿Qué opinaríamos acerca de su conducta?, ¿Quizás se lo adjudicaríamos a una forma peculiar de procurarse placer?, O mejor aún, pensaríamos que se corresponde con alguna necesidad, actual o pasada que asegure su integridad.

     En mi criterio, sería mucho más justificable, dicha conducta, si la misma respondiese a algo atávico, que pertenece a la naturaleza de ese ser y por lo cual se toma la molestia de morigerarla, tratando de producir el menor daño posible. Creo que la alternativa, por la cual E.T. reconoce su tendencia a capturar, justifica sobradamente su acto.

     La tendencia a capturar o a dominar o a competir, con otro ser que no comparte con él esta decisión, ni ha acordado las condiciones del encuentro, nos lleva a la idea de que el E.T. está dando respuesta a una necesidad propia, a una fuerza (pulsión) que lo domina, a una necesidad de mantenerse entrenado a fin de garantizar la supervivencia de su especie.

     O bien se otorga un momento de placer según lo aprendido a lo largo de su filogenia, lo cual es tan necesario como procurarse protección o alimento. Y si además ese E.T. pertenece a una especie con normas claras, acerca del cuidado y el respeto del equilibrio ecológico, seguramente encontrará la manera de lastimar la menor cantidad de organismos vivos posibles, o al menos se quedará sólo con los elegidos, descartando los inservibles y/o los inmaduros.

     Sólo si el E.T. reconoce que en la base de su conducta hay algo muy fuerte que debe mantener custodiado, tanto para que no sucumba, como para que no escape a su control, podrá dirigirlo hacia donde desea. Por este conocimiento y el cauteloso uso de sus potencialidades, el E.T. será más rico e inteligente y no menos.

     Algo parecido ocurre con el hombre, no es más humano quien ignora o niega sus raíces filogenéticas u ontogénicas, sino aquél que puede integrarlas a su funcionamiento cotidiano. Esta es la razón de ser de la cultura, desarrollo que la humanidad logra con tanto esfuerzo, y admitámoslo, le resulta tan difícil mantener.

     Dicho muy sencillamente, la cultura es la reglamentación del mundo instintivo que nos permite vivir en comunidad (instinto gregario), que normatiza nuestra vida erótica, indicándonos con quien se puede formar pareja y con quien no (prohibición incestuosa). Es la prohibición, aquello que no podemos, o aquello que no tenemos, lo que nos mueve en otra dirección a aquella en la que nacimos, moviendo la rueda de los vínculos humanos.

     Es la ausencia del objeto lo que genera la palabra. Aquello que hemos tenido y hemos perdido es el objeto de nuestro deseo, de nuestra búsqueda y de nuestro anhelo. Y si lo conseguimos nos da placer.

     El hombre tuvo un estado natural y lo perdió, ganó mucho, por cierto, pero de vez en cuando, siente nostalgia y vuelve impensadamente, sobre los pasos de la especie, en una suerte de acto que honra los principios de la vida.

     Después de leer el estupendo trabajo de la Lic. Schiera y sumando algunas percepciones, la cultura aparece como el soporte de la pulsión humana por medio de la educación, el arte, el trabajo, etc. En este punto, surge un conflicto que es propio de nuestra cultura: Las palabras o los hechos, lo que debiera ser y lo que es. ¿Por que se niega un hecho falsificándolo con la palabra y llegando al autoengaño?. ¿Logra la cultura ser el soporte de la pulsión?. ¿Que grado evolutivo de la cultura transita hoy la humanidad?.

     Son muchos interrogantes, el lenguaje, rasgo distintivo de la especie, está totalmente desprestigiado (por ej. La palabra amigo puede emplearse también para un enemigo, sin que importe su verdadero significado), los lazos sociales y el concepto de comunidad están fracturados, las oportunidades de creación son mínimas, falta de trabajo, exclusiones, injusticias, guerras, etc., etc.

     Por lo tanto, después de miles de años de civilización, hoy, en el umbral del próximo milenio, vivimos bajo la ley del más fuerte, igual que en la selva. Tal vez sin darnos cuenta, disfrazamos con la palabra cultura, la escencia de lo que en realidad hasta ahora somos.

Por otra parte, asociando el título "Estado de naturaleza" con la foto de dos indios semidesnudos, en obvia referencia a su primitivismo, comparándolo con un estado actual superior, lleva a un reflejo instantáneo y elemental: El trueque de infinitas imágenes, pero relacionadas al "Estado de cultura". Los dos ejemplos de abajo, son una pequeña muestra, el lector puede imaginar otras.

El hombre contra el hombre

El hombre contra la naturaleza

     Para no embriagarnos de soberbia y yendo en busca del equilibrio, apelo a una frase de A. Dumas:

Que los elefantes sean tan inteligentes y los hombres tan bestias, debe ser debido a una cuestión de educación.

     Reconocer el aspecto ambivalente de la condición humana, donde el deseo de cazar ó pescar es tan parecido al instinto animal, para nada desmerece el aporte cultural y menos aún, el condimento emocional que puede añadir el hombre.