La vida en una escama

(estudios lepidológicos)

Por Javier Urbanski.

Generalidades

     El uso de partes duras del cuerpo de un animal para determinar su edad y otros parámetros que hacen a su historia de vida, está ampliamente difundido en todo el mundo. En el caso de los peces, esas partes duras son principalmente dos: huesos del oído medio (otolitos) y escamas, aunque también está difundido el uso de vértebras, huesos dentarios y huesos operculares. La facilidad con la que alguna de estas partes puede darnos cierta información varía de una familia de peces a otra, e incluso entre especies. En el caso de la familia Salmonidae, la cual agrupa a truchas y salmones de todo el mundo, el uso de escamas es el más difundido.

     Generalmente edad y crecimiento están asociados íntimamente en estudios ictiológicos y de manejo de pesquerías. Mientras que la edad es una manera de medir cuantitativamente un segmento del tiempo en el cual el pez ha vivido, el crecimiento mide el cambio en el tamaño corporal o de alguna parte del cuerpo a lo largo de un período dado de tiempo. Ambos parámetros tienen un enorme importancia no sólo como indicadores del estado del individuo o la población en estudio, sino también del ambiente en donde los peces se encuentran.

     A través del estudio de escamas, somos capaces de conocer principalmente la edad del pez, el crecimiento a lo largo de su vida, su comportamiento migratorio entre distintos tipos de ambientes y su historia reproductiva, en el caso de que sea un pez adulto.

Técnica de estudio

     La técnica de lectura de escamas está basada en el reflejo sobre ésta de variables ambientales que afectan el crecimiento, básicamente la temperatura. A medida que el pez crece, anillos concéntricos de carbonato de calcio son depositados sobre el borde de la escama, dándole de esta manera un diámetro mayor en relación directa con el crecimiento corporal. La sucesión de estaciones de rápido y lento crecimiento durante el año, determina la formación de marcas anuales en la escama, las que se observan como una banda de anillos más apretados. El espacio entre marcas anuales puede ser utilizado como un buen indicador del crecimiento, lo cual a su vez nos ayuda a determinar el tipo de ambiente en el cual el pez vivió en las distintas etapas de su vida.

     Hipotéticamente, gracias a un completo estudio lepidológico sobre una población podríamos concluir con el siguiente diagnóstico:

     Otros fenómenos más complejos pueden ser estudiados a través del análisis lepidológico, tales como falsas marcas anuales, número de anillos por año y origen de los individuos.

     Es importante destacar que no todas las escamas son útiles para realizar un estudio y que incluso las mejores elegidas ofrecen un margen de error. La formación de escamas sobre el cuerpo de los peces se presenta a distintas edades dependiendo la especie, el individuo y el ambiente, generalmente luego de varias semanas y cuando alcanzan los 3 - 4 cm de longitud (río Limay medio, trucha Marrón y Arco Iris). Puesto que el origen de las escamas no es simultáneo en todo el cuerpo del pez, existen algunas que brindarán mayor información que otras ya que han acompañado al crecimiento del individuo por más tiempo.

     Tanto la extracción como la preparación de las muestras para ser estudiadas con una lupa o un proyector de perfiles, es un proceso relativamente fácil comparado con otras técnicas. Sin embargo, se requiere fundamentalmente de mucha experiencia en la lectura para obtener resultados confiables.

     Sin duda que las escamas se encuentran dentro de las mejores herramientas con las que contamos para el estudio de los peces y su entorno, gracias a la cantidad de información que nos brindan, la durabilidad de las muestras, la facilidad con la que pueden ser extraídas y la ausencia de daño producido al pez en estudio.