Atando con el Paco

(creatividad y sublime fineza)

Por Francisco S. Martínez.

     ¡La pucha, hermano! Se nos viene la apertura, así que, como diría el gallego: ¡Ala! ¡A atar... que se acaba el mundo!

     Y bueno, si te interesa, seguime...Con polvo de cuatro meses saco del placard el ataché símil cuero (de esos no apaisados, cierre relámpago, manija y correa; que para algunos sólo los usan los petiteros) medidas 30 cm de ancho, 40 de alto y 10 de profundidad, verdaderamente recomendable, pues ahí llevo todo lo necesario para el atado. Sí, absolutamente todo: en la caja original de una Thompson A Vise, además de la morsa van dos clip bobbins, un par de scissors, los hackle pliers, el whip finisher, un head cement, un hair stacker, los carretes de uni-thread, y de tinsel, etc. Diversas medidas y tipos de Mustad's en una caja plástica transparente tipo box para moscas secas, de aproximadamente 9x16x3 cm. Una caja de Ferrero Rocher de 8x14x7 cm. en la que, bien a la vista para su elección, enrollados c/u sobre una "H" de cartulina y en cantidades para un par de excursiones, caben todos los chenilles habidos y por haber. Finalmente, en sobres vinílicos transparentes: varios capes y saddle hackles, marabou de diversos colores, rabos, cueros, pelos, plumas, flashabou, krystal flash y otros adornos... y un montón de chiches, de esos que comúnmente todos tenemos y que no sabemos para qué.

     ¿Captaste la onda, man? Los fisherman tenemos que mencionar todo en inglés, porque de lo contrario te consideran fierrero. Así que viejo; me-mo-ri-ce-mos... aunque estemos como la abuela de Jaimito... ¿Conocés el cuento? El de la maestra que ordenó a cada alumno componer una frase que incluyera la palabra "evidentemente" y que a su turno Jaimito leyó: "esta mañana vi a la abuela encaminarse hacia el cuarto de baño con el Buenos Aires Herald bajo el brazo... evidentemente la vieja iba a defecar; porque de inglés no sabe un pito".

     ¡Bueno, basta de cháchara...y a trabajar! Vamos a hacer un streamer. Una Fusi Wusi black... Bien: saco la caja de herramientas y ordeno las que voy a utilizar... como el Karlos Arguiñano con sus cuchillos cuando enseña cocina, ¿viste?. Tomo la morsa, pero previamente, para evitarle raspones a la mesa, protejo a esta con una fajita de tela que también llevo en el ataché. Aunque no viene al caso, la que yo utilizo es un retazo de una sábana vieja del Chiqui. Una vez que la morsa quedó instalada a mi comodidad, selecciono un Mustad 9672 size 2 y lo aprisiono firmemente por el bend.

     Recordemos que el inicio del atado es siempre por la cola, así que ¡Vamos!: ordenemos también los materiales y tomemos primero un rabo: por ejemplo de ardilla. Le extraemos un manojito de pelos y luego, como si fuésemos a colocarle la montura a un caballo, con las puntas hacia atrás, presentamos el manojito sobre el extremo del anzuelo, sobresaliendo aproximadamente un tercio del largo del mismo. Ahora... oh... ¡Caramba!... (Es que después de casi seis meses, uno se olvida de algunos detalles): ¡Omití que primero había que fijar el hilo!... Pero no calentarum... dejamos el manojito a un costado de la mesa y seguidam...a...aa...aaa....chís!... ¡Perdón!... ¡A la mierda el manojito!

     Olvidemos el incidente y prosigamos como hubiera correspondido: En la mano derecha el clip bobbins cargado con monocord black 6.0. Con la izquierda tomamos el hilo dejando afuera un par de pulgadas, lo apoyamos sobre el anzuelo cerquita del ojo, le damos unas vueltitas y retrocedemos enroscándolo sobre el vástago "pisando" el mencionado tramito, para finalmente detenernos donde comienza la curvatura. Dejamos colgando el clip bobbins y procedemos a cortar el excedente de monocord, que arrojamos en una bolsita. ¡Acordate: todo desperdicio a la bolsa! Porque de lo contrario; la vieja...

     Ahora sí vamos a la fallida operación manojito de pelos. Una vez presentado sobre el vástago, tomamos el clip bobbins y, con firmeza, damos tres o cuatro vueltitas de hilo aprisionándolo al anzuelo, y continuamos con el enroscado aproximadamente otra ½ pulgada, dejando nuevamente colgado el porta bobina. Seguidamente cortamos en forma de cuña el excedente del manojo, terminamos de cubrirlo con la envoltura del monocord y retrocedemos con este, siempre enroscando, hasta el comienzo de la operación. Allí le damos otras tres o cuatro vueltas bien firmes... así, ¿ves?... pero... ¡La pucha!... ¿Ahora qué pasó que la colita giró quedando como barriguera en vez de montura? Evidentemente algo me quedó flojo. ¡Otra vez: no calentarum...! Y a repetir la operación... todos los pasos con mayor atención y firmeza. ¿Viste que tengo razón? ¡Ahora la cola quedó una pinturita!.

     Seguidamente le toca el turno al cuerpo de la mosca. Vamos a utilizar chenille black, size L, a cuyo extremo le extraemos la pelusa, dejando a la vista unos cuatro mm. de los hilos longitudinales. A estos los aprisionamos al vástago con el monocord y avanzamos una ½ pulgada, dejando pendiente el porta bobina. Ahora damos dos vueltas de chenille sobre el vástago, lo pisamos con una vuelta del monocord y, para que no moleste hasta que lo utilicemos nuevamente, lo volvemos hacia atrás suspendiéndolo de la manija de la morsa. Llega el momento de iniciar el implante de pelos al cuerpo. Recurrimos a un lomo de gallo negro (preferentemente teñido) del que seleccionamos una buena pluma, brillante, ancha y bien larga, a la que le quitamos la parte "lanosa". Del mismo modo que procedimos con el chenille: con el monocord aprisionamos ahora la punta de la pluma, cuidando que el lado brillante apunte hacia el comienzo del anzuelo. Ya tenemos los tres elementos instalados, por lo que ahora si: ¡Todo para adelante! Primero el monocord, al que continuamos enroscando hasta cerca del ojo, y allí colgamos el porta bobina. Seguidamente vamos con el chenille, pero antes tomamos el extremo libre de la pluma, la levantamos, con el chenille la sorteamos y proseguimos enroscándolo hasta llegar a unos cuatro mm. del ojo. Volvemos a activar el monocord para, con un par de giros, pisar el chenille, al que cortamos dejando tres mm. A esa puntita le sacamos la pelusa y lo terminamos aprisionando firmemente, volviendo a dejar colgado el portabobina. Ahora tomamos la pluma y, con la máxima prolijidad, la iremos espiralando sobre el chenille hasta seis mm. antes del ojo, tramito este sobre el que haremos el hackle y la cabeza. Aquí los giros de la pluma son unos bien pegados a los otros y para no encimar los pelos, conviene correrlos hacia atrás con los dedos pulgar e índice de la mano libre. Acabada la parte útil de la pluma, volves a accionar el monocord aprisionándola por el canuto unas tres o cuatro vueltas, esta vez sí, con firmeza, pues estamos en el remate de la mosca; reitero, bien firm... ¡tuc!... ¿Y ahora qué?... ¡Recórcholis! Otra vez la mala memoria... el mayor o menor grosor del monocord va en sentido inverso a la numeración... ¡El 6.0 es el más delgado y débil! (Aclaro que onomatopéyicamente hablando, cuando en el atado de moscas se te corta el hilo, no hace tic, hace tuc).

     Perdón, amigo. Confieso que a esta altura calentarum mucho est... pero bueno; hay que insistir. Después de todo, no es para tanto, ¡qué caramba!...

     Tomemos otro clip bobbins con monocord 3.0... (¡Si se caga se va a cortar!) Ahora, previo rogar que en este intento no se nos corte la pluma, repetimos todos los pasos sabiamente descriptos; hasta llegar al extremo de esta. Luego, con unas pocas pero firmes vueltas de monocord pisamos el canuto, cortamos el excedente y, para rematar, continuando con el monocord hacemos la cabecita, con perfecta conicidad, para terminar con tres o cuatro nudos para los que recurrimos al whip finisher.

     Cortamos el cordón umbilical, bien al ras y, para que ya en la excursión de pesca el streamer no se nos desarme, empleamos el head cement y le convidamos una gotita cubriendo toda la superficie de la cabeza.

     ¡Hum! ¡Qué cosa tan extraña! En esta oportunidad la mosca quedó algo despareja, pero... ¿Acaso no leíste o escuchaste aquello que sostienen algunos ictiólogos, sobre que los peces ven poco o nada?. Entonces, entre nosotros... ¿Si no ven un pomo, qué le hace un poquitito más o un poquitito menos de prolijidad?.

     Pues bien, rebobinando sobre esta magistral disertación, caigo en la cuenta de que al comenzar mencioné que ataríamos una Fusi Wusi, pero ahora, al retirarla de la morsa veo que no salió tal cosa, sino algo parecido... diría que es casi casi una Fusi...

     Y bueno, che... ¡La llamamos Casiuasi y listo!

     ¿Ves hermano? ¡A eso se le llama creatividad!... ¡Cuantos Rubén Martín me estarán envidiando!.

Capítulo condensado de ATANDO CON EL PACO

Prohibida su reproducción total o parcial.

Copyright EDICIONES PACO'S

Noviembre de 1997 - Cipolletti - Río Negro - Argentina

     ¡Ah!... Olvidaba algo importantísimo: ¡Chapá el alicate y aplastale la rebaba al anzuelo! Verás que no hay satisfacción más grande que, después que tu trucha luchó bravíamente, la premies con su liberación y disfrutes viéndola reingresar, con esos ondulantes y graciosos movimientos a la nebulosidad de su mundo de aguas profundas.

     ¡Catch and release! ¡Captura y devolución, hermano! ¡Tenelo siempre presente!