Pescando Streamers I
Por Marcelo Morales
(Boletín Mosquero, Primavera de 1996 - AAPM)
Hace unos cuantos años cuando me inicié como pescador de mosca, los streamers reinaban supremos. Era el tiempo de las Blondes, Marabou Muddlers, Spuddlers y tantos otros streamers hoy posiblemente herrumbrados en algún rincón de nuestras cajas.
Por esos no tan lejanos tiempos, verdaderos cultores de los streamers lograron sacar con ellos truchas que hoy son casi un sueño, y lo hacían no solo porque las truchas grandes eran frecuentes, realmente conocían el arte en el uso de los streamers; la semilla plantada por el conocido Joe Brooks germinó en el terreno adecuado.
Durante décadas Argentina fue la Meca para pescadores del mundo entero, cuyo sueño era sacar una trucha excepcional; los streamers fueron los artífices que hicieran realidad muchos de esos sueños. Aún hoy en día -con muchas menos truchas de gran porte que antaño- este tipo de moscas sigue llevándose las palmas a la hora de tentar a las grandes. Todavía recuerdo como si me hubiera sucedido ayer, el Bebe Anchorena mostrándome como pescar la zona de la Boca del Chimehuín. Con una Platinum Blonde en la punta de mi leader, parados sobre la piedra de los 11, me regaló un par de truquitos como el Reel Inn, que sigo empleando cada vez que pesco con streamers.
El Sur que recuerdo tenía una magia muy diferente a la actual, la inmensidad y soledad de los ambientes todavía intacta impresionaba fuertemente nuestros sentidos. Y la vista de un buen streamer anudado a nuestro leader, sumado a la promesa casi segura de una trucha estupenda, nos mantenía horas y horas envueltos en un clima muy difícil de repetir hoy. Lamentablemente de los peces grandes ya casi nos va quedando el recuerdo. Muchos -entre los cuales me incluyo- tenemos parte de culpa por no darnos cuenta antes, cuánto más importante es el clima previo al pique y su logro, que el efímero placer que brinda un pescado después de muerto.
En el Boletín Mosquero del Otoño de 1996, se publicó parte del registro de capturas de la Hostería Chimehuín. al repasarlo nos damos cuenta de lo efectivo que son los streamers con las truchas grandes, y la calidad que tenía la pesca hace poco más de 20 años. Recuperar el pasado para que todos puedan experimentar lo que yo sentí, cuando a los 14 años lancé por primera vez una streamers en el Chimehuín, es tarea de todos. Si cada uno suma su grano de arena devolviendo los peces, sobre todo los de buen tamaño, pronto podremos volver a enfrentarnos a diario con esas truchas que forman parte importante en los sueños de cada pescador. Paralelamente con la disminución de las truchas grandes, el arte de pescar streamers, enfocado principalmente en estas truchas, fue cediendo terreno entre dos modalidades muy efectivas para peces medianos y chicos. Las Secas y las Ninfas.
Poco a poco los pescadores comenzaron a creer que los streamers sólo son de utilidad al comienzo de la temporada cuando las aguas corren altas, o cuando los insectos acuáticos no están presentes. Esto constituye un gran error, los streamers no son moscas sólo para principiantes. Un conocimiento y uso correcto de los streamers a lo largo de la temporada nos será de gran utilidad cuando las otras técnicas fallen. Sucede que tanto la pesca de streamers, como las secas y ninfas son modalidades que han alcanzado elevados niveles de especialización. Esto hace que sea complicado dominar las tres y muchos pescadores se inclinan hacia una de estas técnicas, ya sea por placer o por no poder dominar todas ante la falta de tiempo.
Pescar eficientemente un streamer depende de nuestro conocimiento del medio y los peces que lo habitan. ¿Cuántos usan streamers en los ríos del sur sin saber qué clase de peces forrajeros hay?. Ya es hora de que comencemos a pensar y diseñar moscas y estrategias para imitar alevinos de puyenes, bagres, percas, pejerreyes y otros forrajeros presentes en nuestras aguas. Cuado pescamos confiadamente un sculpin es importante recordar que no hay esos peces en Argentina, lo que estamos imitando son bagres de torrente (Hatcheria macraei), alevinos de perca (Percichtys sp.), o por qué no, cangrejos pancora (Aegla sp.). Todos estos actúan y se ven diferentes a los verdaderos sculpins del Hemisferio Norte, por lo que posiblemente tenemos que alterar tanto el diseño de nuestras moscas como la forma de pescarlas si queremos tomar la cosa con seriedad. Al mismo tiempo cada uno de nuestros forrajeros, bagres, pejerreyes, puyenes o percas se comportan de maneras totalmente diferentes, lo cual abre un amplio terreno para experimentar modelos de moscas y formas de pescarlas.
Viendo nadar a los bagrecitos por la noche, cerca de la orilla con la ayuda de una luz, me ha dado muchas respuestas sobre la efectividad de algunas moscas como las Woolly Buggers, Marabou Muddlers y Blondes. Las pancoras -si bien son crustáceos- despliegan al nadar habilidades de alevinos. No dudo que varios streamers son tomados por las truchas creyendo que son pancoras, langostas o ninfas grandes, especialmente los Buggers y los de cabeza Muddler, dependiendo de la forma en que son usadas. Habrán notado que me refiero a Bucktails y Muddlers como streamers. Tal como expresó Jorge Calandra en su conferencia sobre el tema, todos son streamers con diferentes materiales en el ala, por lo que a los fines prácticos de la pesca no conviene dividirlos demasiado.
La afección por los insectos que muestran las truchas puede inducirnos a ideas no siempre correctas. Los peces forrajeros y pequeñas truchas, aunque no nos demos cuenta, forman parte de la dieta, por ésto el uso adecuado de los streamers puede completar la estrategia de cada día de pesca. Presentar de manera eficiente un streamer no es algo muy complicado; lo que sí tenemos que hacer, es estudiar detenidamente los comportamientos de los peces chicos. Tanto cuando están tranquilos como cuando son atacados; al mismo tiempo las reacciones del atacante son importantes para decidir cómo actuar. Prestando atención a todo esto no tendremos problemas en diseñar o elegir los streamers y pescarlos eficientemente.
Los peces chicos permanentemente están buscando comida, a tiempo que se mantienen bien alertas por si aparece el peligro. Siempre los encontraremos en las inmediaciones de algún tipo de escondite, donde las truchas mayores no puedan entrar. Las aguas bajas son lugares donde vemos alevinos; los troncos, rocas y vegetación son sitios también visitados. Cada vez que cerca de estos escondites ubiquemos zonas donde pueda esconderse al acecho una trucha grande, las posibilidades de haber dado con un buen apostadero aumentan. Los streamers tienen que ser pescados cubriendo la mayor cantidad de agua posible, no solo en las partes hondas como generalmente acostumbramos, los alevinos no abundan allí. Las partes bajas del río son áreas de primera para tirar streamers, y mientras la profundidad cubra el lomo de una trucha, podemos asegurar que vale la pena intentar. Cuántos se habrán sorprendido ante la ola de una trucha grande, asustada por nuestro descuidado paso por las aguas bajas.
Las truchas grandes esperan a cubierto que los peces pequeños cometan un error mientras buscan su alimento; nuestro objetivo como pescadores de streamers es imitar un pescadito en actitud vulnerable; ya sea porque ha incursionado más de la cuenta o porque se halla herido o enfermo y no puede mantenerse en un lugar seguro. La mejor forma de mostrar streamer a las truchas es lógicamente de costado, de esta manera éstas tienen una visión completa del streamer, y todas las características del mismo están a la vista, invitando al ataque. Es importante hacer notar que en la mayoría de ellos, la trucha grande (y demás peces de presa) toma a los peces chicos de costado, para luego, con un rápido movimiento de sus fauces darlos vuelta y tragarlos por la cabeza. Muchas veces en mi trabajo de guía me ha tocado ver a truchas marrones (mayormente) atacar a otras truchas que se encontraban prendidas en una mosca. Siempre la trucha chica termina mordida brutalmente por el medio por la grande, que sacude la cabeza para atontarla y poder darle la vuelta para tragarla de cabeza sin que escape. Esto significa que las grandes esperan hasta que ven claramente el flanco de las presas, y en ese momento deciden si la atacan o no.
Pescando en lagos con streamers desde un bote, podemos ver claramente como las truchas siguen al streamer y para morderlo lo rodean atacándolo por el flanco, es muy raro que lo hagan directamente de atrás. Todo esto nos indica la regla básica para los streamers: emplear todos los medios para presentar nuestras moscas de lado, facilitándole a la trucha su ataque. Si no lo hacemos, la trucha tiene que moverse para tomar posición y las posibilidades que rechace totalmente al streamer aumentan mucho.
La técnica más elemental para pescar un streamer es castear atravesando la corriente permitiendo que el streamer describa un arco hacia nuestra posición, manteniendo la línea fija sin recoger. Podemos activar la mosca en aguas muy lentas con movimientos de la punta de la caña o cambiando el ángulo de tiro, pero sin usar la mano izquierda demasiado. Esta técnica simula un alevino que cruza la corriente descuidadamente. Esta sencilla técnica tiene sus refinamientos que incluyen el reposicionamiento de la línea alterada por las corrientes, el ángulo de tiro y el tipo de línea, y mosca. No es simplemente tirar el streamer y esperar que de vuelta sin hacer nada. Generalmente el mosquero lanza a través de una corriente rápida, poniendo el streamer en aguas más lentas. Inmediatamente esto produce una curva en la línea que desplaza el leader y consecuentemente el streamer que comienza a navegar río abajo, presentando la cabeza en vez del flanco a las truchas. En este caso un "mend" río arriba cada vez que se forma la molesta panza, corrige la posición de la mosca que vuelve a nadar de costado.
En una situación diferente, puede que tiremos sobre una corriente lenta, poniendo la mosca en aguas más veloces. La línea entre el pescador y la mosca se queda atrás, adelantándose el leader y el streamer. La mosca empieza a nadar apuntando con la cabeza río arriba, mostrando la cola a las truchas. Aquí el "mend" lo hacemos río abajo, volviendo de esta manera el streamer a nadar correctamente.
Evidentemente para poder efectuar las dos correcciones anteriores tendremos que usar una línea flotante. De las hundidas nos ocuparemos también, pero más adelante.
Al lanzar, el ángulo que le damos a la línea sobre la corriente depende de la velocidad de las aguas; nuestro objetivo es que el streamer nade lo más posible de costado, a una velocidad tentadora. Esta velocidad no siempre es la misma, hay truchas que prefieren un streamer nadando lentamente y otras que se inclinan por otro que escapa a mil. Tendremos que probar por lo tanto diferentes águlos tanto inclinando el tiro aguas arriba, a través o río abajo, haciendo "mends" para mantener la mosca de lado. Esto no quiere decir que podamos hacerlo de costado a lo largo de todo un recorrido, pero por lo menos tenemos que ponerlo de esa manera en el lugar más prometedor dentro del trayecto. La única manera es experimentar con diferentes ángulos de tiro y distintas posiciones nuestras en el río.
No hay que ser holgazanes y movernos siempre en busca de un lugar que nos facilite el trabajo de la mosca. Tirar desde lejos es la mejor manera de arruinar un lugar; el streamer no puede ser corregido, y si pasa mal varias veces las truchas se alarman y ya no lo tomarán por más que tiremos un siglo.
En la próxima veremos como usar la mano izquierda y la caña para imitar distintas actitudes de los alevinos, preferentecias de las truchas en cuanto a colores, el uso de líneas de profundidad en esta pesca y todo lo que haga falta para reactualizar la pesca de streamers volviéndola al nivel que merece.
Hasta la próxima.