Charla con Alejandro del Valle
Director del Centro de Ecología Aplicada del Neuquén.
Reportaje: Carlos Willhuber.
En nuestro afán de ilustrar cada vez más a los pescadores deportivos acerca de aspectos que para muchos pasan a ser míticos o conocidos "de oído" en el mundo de los salmónidos, nos acercamos hasta el CEAN para charlar con su principal responsable.
El licenciado Alejandro del Valle es autor y co-autor junto a otros biólogos, guardafaunas y colaboradores de múltiples trabajos publicados por el Centro que él dirige acerca de los salmónidos en nuestro país. Es considerado una autoridad en la materia, que no es poco.
La Pesca Deportiva es una actividad individual (y porqué no a veces individualista), que solo se torna algo colectiva o social cuando volvemos al campamento o a la cabaña a charlar con nuestros amigos de pesca. En esos grupos siempre hay uno de nosotros que tiene más "horas-agua" o que ha leído un poco más que los demás y se transforma en una especie de profesor. Así se han desarrollado convicciones muchas veces involuntariamente equívocas. Uno de los objetivos de nuestra Asociación es tratar de instruir adecuadamente sobre este tipo de temas para que la adminstración y defensa del recurso íctico sea lo menos imperfecta posible.
Acción de Punta estuvo en el CEAN dialogando con Alejandro del Valle, biólogo de grueso currículum, responsable del Centro de Ecología Aplicada del Neuquén, y de quién como neuquinos debemos sentirnos orgullosos de contarlo entre las filas de los que amamos y cuidamos nuestras "truchas patagónicas".
En el Río Chimehuín están puestos los ojos de miles de pescadores deportivos, no solo por las hermosas truchas que ofrece sino por la imponencia del marco que ofrece ese arrogante camino al Volcán Lanín y a la "Meca" de la pesca con mosca: La Boca. Pues, pegado al Chimehuín y rodeado de históricos álamos que se amarillentean caprichosamente en abril, ahí está el CEAN, el corazón latiente de la pesca deportiva en Neuquén. Allí se estudia, se analiza y se programan las actividades tendientes a garantizar el equilibrio y la preservación de la vida en nuestras aguas.
Alejandro, además de ser un reconocido y respetado biólogo, nos ha demostrado ser un gran tipo, que siempre está dispuesto a atendernos a pesar de estar permanentemente ocupado y de tener un escritorio atiborrado de papeles, frascos de especímenes en formol, láminas educativas, folletos y libros en varios idiomas, y mucho trabajo. Siempre está atendiendo gente, y dispone de un momento para cada uno; será porque a todos nos atiende de la misma manera. Habrá funcionarios públicos que deberán tomar nota de esto y seguir ese ejemplo.
Nos ofreció un café, corrió algunas carpetas para hacer algo de lugar donde poner la azucarera, encendió la pipa y comenzó la charla.
Acción de Punta: El aumento y la merma en las cantidades de agua erogadas por las Obras Hidroeléctricas sobre el Río Limay, muchas veces dejan expuestas las camas de desove de las truchas. ¿Se descarta la posibilidad de reproducción natural en el Limay por esa variación en los caudales de agua?.
Alejandro del Valle: No se descarta la posibilidad de reproducción natural en el Río Limay aguas abajo de la presa Piedra del Aguila, ni aguas abajo de Pichi Picún Leufú. La reproducción natural es buena en la zona inferior del tramo antes del lago Ramos Mexía donde el río se abre en varios brazos. Esta reproducción lógicamente podrá verse afectada por la alternativa de caudales y niveles altos y bajos. A través de un estudio de impacto (comandado por la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas) de dos años de duración se está tratando de evaluar la magnitud del mismo. En la zona más cercana a la presa el ambiente es totalmente diferente, con el río fluyendo por un solo cauce (tipo "canal"), la reproducción adecuada es poco probable.
A. de P.: Nosotros, los pescadores de la región nos jactamos de tener en nuestras aguas una de las mejores poblaciones de "truchas silvestres" pero, ¿cuál es el criterio para definir exactamente a una trucha silvestre?. Al fin, las truchas que hoy existen son descendientes de ejemplares de criadero. ¿Estas eran silvestres?. ¿Son genéticamente silvestres y genéticamente domésticas?.
A. del Valle: Es bastante difícil definir rápidamente lo que se entinede por una "trucha silvestre". Se tiene una idea bastante buena si se la piensa como lo opuesto a una "trucha de criadero", de líneas domésticas. Estas últimas son el resultado de selecciones dirigidas para conseguir individuos adaptados a un medio artificial, favoreciendo rasgos adaptados a la vida en alta densidad con gran crecimiento, buena adaptación a la alimentación artificial, alta tasa de convertibilidad, resistencia a enfermedades específicas, etc.. En términos generales puede decirse que una población de truchas silvestres es aquella que ha vivido en el medio natural por muchas generaciones independientemente de su origen. la selección artificial progresivamente quita caracteres "indeseables" para la adaptación al criadero, al tiempo que genera individuos poco adaptados al medio silvestre. Hay unos artículos muy interesantes sobre el tema que pueden ayudarlos a formarse una idea más acabada, que fueron presentados en el Simposio Wild Trout V realizado en el Parque Nacional Yellowstone en septiembre de 1994, que se los voy a obsequiar para que lo tengan en su biblioteca.
A. de P.: Cómo comenzó la piscicultura en nuestro país. Hay diferentes tipos?.
A. del Valle: La propagación artificial de truchas comenzó en Europa en los años 30 del siglo XVII, en América del Norte un siglo más tarde y en nuestro país a principios de siglo. La mayoría de los huevos embrionados que llegaron a nuestra zona provenían de aquellas pisciculturas. 65 años después de la introducción de truchas, comenzó la salmonicultura en nuestro país, dividiéndose en dos ramas: la comercial y la recreacional. El objetivo básico de la salmonicultura comercial es, lógicamente obtener un producto de alta calidad con el menor costo posible y poder venderlo a un valor que brinde la mayor rentabilidad. La piscicultura recracional incrementa la capacidad de competencia y adaptación al medio acentuando la supervivencia y evitando la cruza con variedades de criadero o domésticas.
A. de P.: Actualmente sólo se hace "siembra recreacional"?. Es decir, solo se siembra hijos de truchas silvestres capturadas?.
A. del Valle: Sí, al menos desde los entes oficiales de la Provincia del Neuquén.
A. de P.: En que etapa del crecimiento de la trucha se la siembra?.
A. del Valle: En general se siembra desde el estado de alevino después de reabsorber el saco vitelino (en especial truchas marrones y de arroyo que no se adaptan muy bien al alevinaje) hasta parr de 1 gramo de peso (trucha arco iris). Esto últimos poseen una mayor probabilidad de supervivencia debido a su mayor fortaleza, están mejor dotados físicamente para obtener su propio alimento. En el caso del salmón del Atlántico también se siembran lotes de smolts por su gran fortaleza y para tratar de inducir su retorno al mismo ambiente cuando sean adultos gracias al proceso de imprinting.
A. de P.: Que tipo de siembras se realizan?.
A. del Valle: Hay tres categorías principales: 1) Introducción de una especie en ambientes donde no existía o donde determinada especie o variedad se haya extinguido. 2) Suplementación de la reproducción natural o complementación de la natural, para compensar la mortalidad por causas naturales, por furtivismo o por aprovechamiento en la pesca deportiva. Y 3) Simulación de reproducción natural cuando ésta es inexistente o muy escasa; la que podemos dividir a su vez en dos: a) introducción de peces muy pequeños para que éstos crezcan y puedan ser capturados luego (put-grow and take) y b) siembra de peces de tamaño suficiente para ser capturados de inmediato; este último método es poco usado en nuestro país aunque es una herramienta apta para que haya pesca, siendo más común en EE.UU, Europa y Japón.
A. de P.: Tenés alguna experiencia concreta de siembra por parte de los chicos o escuelas?
A. del Valle: Sí, se han realizado múltiples siembras educativas con escolares en varios sitios de la provincia con muy buenos resultados, obviamente desde el punto de vista de la generación de conciencia para un uso protectivo del recurso. Estas se practican con chicos preescolares y primarios, a quienes se los lleva a la orilla de algún cuerpo de agua, se les da un recipiente con algunos alevinos y luego de una charla educativa se los invita a liberarlos en el río. Esta experiencia suele ser muy importante para ellos y luego trasladan a sus hogares el deseo de protección a "sus" peces.
A. de P.: La segunda categoría de siembra que mencionas, es muy costosa?.
A. del Valle: El costo de este tipo de siembras depende de muchos factores dentro de los cuales tienen gran importancia la cantidad de peces a sembrar, la lejanía entre los sitios de desove, incubación y siembra, etc.. Puede decirse que, como en todo análisis costo-beneficio, si el beneficio es grande el costo queda desplazado y es no significativo, si el beneficio es limitado el costo puede ser un factor limitativo.
A. de P.: ¿Una organización como la nuestra puede hacer siembras?. ¿Qué necesitamos?.
A. del Valle: Legalmente las siembras solamente pueden ser realizadas por los organismos específicos del estado a menos que éste, por razones especiales y justificadas, autorice la actividad en casos puntuales a alguna organización privada bajo estricto control y monitoreo. Es necesario realizar un convenio con la Subsecretaría de Producción y Recursos Naturales.
A. de P.: Cual es la diferencia al momento de pescar una trucha silvestre de una trucha de criadero?. Una es mejor que la otra?.
A. del Valle: Hay que separar varias situaciones. Si las truchas de criadero han sido sembradas como alevinos puede no haber diferencias en el momento de la pesca, ello dependerá de la variedad que se trate y como ha logrado adaptarse al medio natural. El problema pasa por la desorganización que puede producirse en la población silvestre. Si las truchas de criadero han sido sembradas de mayor tamaño (por ejemplo individuos capturables), además de provocar una mayor desorganización, su avidez las lleva a tomar los artificiales mucho más rápido que las silvestres. El desempeño de estos peces durante la lucha contra el pescador puede o no ser semejante al de las silvestres, ello dependerá de su variedad y adaptación al nuevo medio, algunas son "zapatillas" otras no tanto. Las formas de los peces también pueden estar alateradas, en especial sus aletas dorsales y caudales. Y siempre debe tenerse en cuenta la mente del pescador deportivo, al "veradero" normalmente no le gusta capturar un pez que ha sido puesto en el agua después de un proceso tipo "pollo doble pechuga".
A. de P.: ¿Una trucha silvestre se domestica?.
A. del Valle: Sí, individualmente puede domesticarse en poco tiempo, considerando esta "domesticación" como capacidad de vivir en un ambiente artificial y tomar alimento suministrado por el hombre. A largo plazo puede generarse una variedad doméstica mediante el proceso de selección de las más adaptables.
A. de P.: Sabemos que en nuestros ambientes de ríos y lagos hay truchas "residentes" y truchas "migratorias", es decir, unas habitan permanentemente el río y las otras solo transitan por el río para desovar y luego retornan al lago. El "carácter" residente o migratorio de una trucha es genético?. Se puede modificar?.
A. del Valle: El carácter migratorio está determinado genéticamente, pero diversos factores externos (como la duración del día y la temperatura) lo controlan y modulan. También existen individuos (muchas veces machos) que perteneciendo a una población migratoria se quedan en el ambiente natural. Estos comportamientos puede eventualmente ser modificados, con diversos grados de importancia, tanto naturalmente como artificialmente. En el primer caso, por ejemplo, puede suceder por causas fortuitas o accidentales y por selección natural de ejemplares "voluntarios", en el segundo por selección artificial.
A. de P.: Por qué debemos practicar la pesca y devolución?.
A. del Valle: La pesca y liberación de truchas puede considerarse desde dos puntos de vista diferentes. Uno de ellos es el de los pescadores que la practican oluntariamente sin tener en cuenta si en los ambientes que pescan se puede o no sacrificar algún pez. Para ellos el fin último de la pesca deportiva no es llevarse un pescado de un río. Esta es una posición o un convencimiento íntimo de un sector creciente de pescadores. Por otra parte, desde el punto de vista de los administradores del recurso, la pesca y liberación es una herramienta de manejo formidable para que ese recurso pueda ser utilizado por un gran número de pescadores como una alernativa a la pesca de extracción la que, con una presión de pesca creciente, tarde o temprano produce la disminución de la calidad de las poblaciones de peces desde el punto de vista deportivo. Una de las primeras señales que se advierten al disminuír la calidad es el progresivo descenso del tamaño promedio que los pescadores abservan en sus capturas. Para llegar al acto voluntario de liberar peces cada pescador íntimamente recorre un camino de mayor o menor longitud. De la misma forma, las agencias de manejo de la pesca conjuntamente con los grupos de usuarios del recurso llegan a la imposición de la captura y leberación después de un proceso más o menos largo, a través del que todos se convencen de que ésa es la única alternativa para revertir el proceso de deterioro del recurso. Concretamente entonces, la captura y liberación debe practicarse sólo en los casos donde reglamentariamente se indique (ya sea en todo momento o después de haber sacrificado el límite permitido para el ambiente), mientras que la misma puede practicarse invariablemente en todos los ambientes abiertos a la pesca deportiva.
A. de P.: Qué quisieras decirle a los pescadores?.
A. del Valle: Lo más importante que deseo decirle a los pescadores es que piensen en cómo era la calidad de la pesca hace algunas décadas, cómo es ahora y cómo desean que sea en el futuro; que la única forma de lograr el mejor resultado posible es a través de su participación en organizaciones interesadas e involucradas en el manejo del recurso; y que resulta evidente que cuanto mayor sea el número de pescadores menor será el número de peces que cada uno de ellos podrá sacrificar.